Ludopatía
Muchas veces, antes de preocuparte por esta enfermedad, habrás escuchado hablar de la ludopatía de forma banal, lo habrás visto como un problema secundario que difícilmente te afectaría o incluso como un vicio de personas a las que le sobra el dinero o no saben administrarse.
La ludopatía consiste en una alteración progresiva del comportamiento por la que el individuo siente una incontrolable necesidad de jugar (juegos de azar), menospreciando cualquier consecuencia negativa. Se trata de una adicción donde no se consume ninguna sustancia.
Las características de la ludopatía son :
Cuando el juego de azar que practica una persona le acarrea graves problemas (deja de ser una actividad, puntual y social). Piensa, vive y actúa en función del juego, dejando a un lado cualquier otro tipo de objetivo. Una adicción sin sustancia es la conducta repetitiva que resulta placentera, al menos al principio; genera una pérdida de control en la persona, además aparece la tolerancia, aumento de la conducta para obtener los efectos deseados; interfiere de forma grave en su vida cotidiana, a nivel familiar, social, laboral, y, si interrumpe la conducta aparece el síndrome de abstinencia.
Como comienzo de la gran tarea que nos acontece, lo primero es darte una definición muy exhaustiva de lo que es el juego y el jugador patológico, con la que esperamos solventar muchas dudas y proporcionar una herramienta más para la superación de este problema.
Según el manual diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV) el juego patológico quedaría incluido en el apartado de control de los impulsos. Este manual describe al jugador patológico del siguiente modo: Se considera que una persona es un ludópata cuando su juego le acarrea graves problemas tanto a nivel personal, como familiar, profesional y social. Piensa, vive y actúa en función del juego, dejando a un lado cualquier otro tipo de objetivo. Es por tanto un esclavo del juego.
Cuando el ludópata juega obtiene un gran placer, y si no puede jugar se encuentra mal y procura por todos los medios volver a intentarlo lo antes posible. Las pérdidas le fuerzan a jugar mayores cantidades, porque piensa que jugar es la única forma de recuperar lo que ha perdido. Entra así en un círculo vicioso del que es difícil salir.
Cualquier persona puede llegar a ser ludópata, aunque hay algunos factores que predisponen con mayor probabilidad a tener problemas de ludopatía.
La característica esencial del juego patológico es un comportamiento de juego, desadaptativo, persistente y recurrente, que altera la continuidad de la vida personal, familiar o profesional.
El individuo puede estar preocupado por el juego (p. ej. Reviviendo experiencias, planificando la próxima aventura…) muchos afectados de juego patológico dicen que buscan acción (estado de activación, de euforia) más que dinero. Al aumentar sus apuestas o magnificar los riesgos consiguen producir y mantener los niveles de excitación deseados.
Los afectados con trastorno de juego patológico continúan a menudo jugando a pesar de los repetidos esfuerzos para controlar, disminuir o detener su comportamiento. Se pueden sentir inquietos o irritables cuando intentan parar de jugar.
Pueden jugar como estrategia para escapar de sus problemas o para liberarse de sus disforia (p. ej. Sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión).
Se puede presentar un patrón de “caza o perseguir” las propias pérdidas, con una necesidad urgente de seguir con el juego (a menudo con grandes apuestas o aceptando riesgos desproporcionados), para contrarrestar una o varias pérdidas. El individuo puede abandonar su estrategia de juego y tratar de recuperar todas las pérdidas de una sola vez. Aunque todos los jugadores pueden jugar durante cortos períodos de tiempo, es el juego a largo plazo lo más característico de los individuos con juego patológico.
Suelen mentir a los miembros de su familia, terapeutas u otros para ocultar su grado de implicación en el juego.
Cuando se quedan sin dinero y sin crédito, pueden aparecer comportamientos antisociales (p. ej. Falsificación, fraude, robo o abuso de confianza) para obtener dinero.
El jugador puede haber comprometido o perdido una relación interpersonal importante, un trabajo o una oportunidad educativa o profesional debido al juego.
La ludopatía puede afectar a todo el mundo. Afecta a personas de todas las edades y de todos los sexos. Además de la propia enfermedad que sufre el afectado, las consecuencias para su entorno (pareja, hijos, amigos, entorno laboral) son devastadoras en sus peores fases.
Si tienes dudas, probablemente el juego ya te está causando problemas. Al principio son pequeños detalles, pero pronto se agrandarán, es fundamental que empieces a tomar medidas y consultes con expertos, quizás baste con pedir información. No dudes en llamarnos.
Puedes realizar un test básico haciendo clic en este enlace.
Lo fundamental es que tú des el paso definitivo de atajar el problema. A partir de ahí acude a una asociación (a nosotros si estas en Asturias) y con la ayuda de nuestras terapias y el apoyo de nuestros psicólogos/as, podrás rehabilitarte y recuperar una vida normal, sin jugar.
En realidad la ludopatía es una enfermedad crónica, una vez que la suframos, tendremos que estar alerta siempre para que no se vuelva a reproducir, pero podemos tener una vida plenamente normal y finalmente, pasados los efectos propios de la adicción (el ‘mono’, la ansiedad, el deseo de jugar) serás tú mismo quien rechaze el juego y recuperes tu voluntad.
- La Rehabilitación es un proceso gozoso que en sus comienzos puede ser doloroso. Por tanto, nunca hay que enfocarla como una carrera de velocidad, sino como una carrera de fondo. La mejor rehabilitación no es la que va más rápida, sino la que va más segura.
- La Rehabilitación no es una panacea para resolver ni curar todos los males que aquejan a la familia en su convivencia, sino una contribución para ayudar a afrontarlos mejor.
- La Rehabilitación debe aspirar a promover un cambio radical e integral para la persona, dentro del cual el mantenimiento de la abstinencia, total y permanente, sólo es una parte, tan necesaria como insuficiente (rehabilitación de vía ancha frente a la vía estrecha).
- La Rehabilitación debe admitir la eventualidad de las recaídas como accidente clínicos o recidivas de un proceso crónico-recurrente no siempre previsible o evitable o simplemente como tropiezos humanos “en la misma piedra” que no dejan de representar hechos aleccionadores sobre la condición de la ludopatía, y por tanto preventivos de nuevas recaídas.