La asociación de Ludopatas Asociaciados en Rehabilitación de Castilla-La Mancha ha salido hoy a la calle para darse a conocer ante la proximidad del día 29 de octubre, el Día Nacional Sin Juego de Azar. Una jornada de reivindicación para recordar que “cada día hay más operadores de juego y más licencias” pero son “menos los controles sobre esos operadores”, indicaba José Alberto Ortega García, presidente de Larcama en Ciudad Real.
La asociación considera que desde el Estado se está evitando “poner controles en ciertos juegos de azar porque suponen mucho dinero para ellos” y se solicita además que haya más información sobre las organizaciones que permiten una salida a la ludopatía.
“El tabaco lo quitan, el alcohol también pero los juegos no”, señalan cuando se habla de medios de comunicación, ya que cada vez pueden verse más en la televisión los anuncios relacionados con el juego. En el mismo sentido critican la falta de mecanismos de control para menores en las tragaperras, tras los ya utilizados en máquinas de tabaco, y señalanque estas máquinas “son lo que causa más ludopatía en España”.
“Para ayudar al ludópata nosotros estamos trabajando con monitores, terapeutas y psicólogos”. Así desarrollan terapias conjuntas que se celebran todos los viernes en una sala que les han habilitado en el hospital de Alarcos. Allí acuden 70 ludópatas de la provincia con sus familiares y “los enfermos exponen sus casos y se ve qué se puede hacer para que el enfermo cumpla las normas que tiene que cumplir”. “A los familiares se les da todo el apoyo que necesitan por lo mal que se ven ante esa situación” y concluyen con sesiones de psicología.
En estas reuniones suelen acudir “más hombres porque a las mujeres les cuesta mostrarse más”. “Está peor visto en una mujer que en un hombre” lo que conlleva peores tratamientos, aunque señalan que en Larcama hay mujeres, hombres e incluso menores de edad.
Los ludopatas advierten del incremento sin control en las posibilidades de jugar
“Por la Asociación han pasado unas 1.800 personas” entre ludópatas y familiares porque recuerdan que esta enfermedad afecta a todo el entorno familiar. “Está reconocida como enfermedad” pero hace falta “más control”.